Arte al acceso de todos en el barrio Franklin
Connotados artistas han hecho de este lugar su espacio creativo y sus obras incluso recorren el mundo participando en ferias internacionales.
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¿Qué tienen en común el Premio Nacional de Artes Plásticas, Guillermo Núñez, el destacado grabador Klaudio Vidal o el muralista Basco Vazko? que todos han expuesto en alguna galería del barrio Franklin, a estas alturas mítico sector comercial de Santiago.
Ellos han sido parte de una sólida propuesta de expresión y acercamiento al arte que partió hace casi una década. El primer paso lo dio la Factoría Santa Rosa, galería de formato tradicional ubicada en el segundo piso de la que fuera la fábrica textil Musalem.
Buscando ampliar el giro del negocio, la familia Musalem creó un espacio gratuito para exhibir obras de artistas nacionales. Lo complementó con el Persa del Arte que una vez al año comercializa pinturas, grabados, fotografías, esculturas, serigrafía y dibujos a valores alcanzables.
Desde el Sernatur se han realizado visitas con prensa internacional para conocer el barrio y han llevado su oferta artístico-cultural a ferias internacionales en Buenos Aires y Madrid.
“En el Persa del Arte hay una oferta de 40 artistas que son convocados con seis meses de anticipación para la venta anual. Es obra de súper buen nivel y eso es lo que ha traído más público a la galería. Aquí puedes conseguir un original desde $20 mil”, remarca su directora, Carola Musalem.
“Sería fantástico hacer un circuito de galerías porque el flujo de público es de 40 mil personas cada fin de semana y la recepción es cada vez mejor”, agrega.
Lugar de vínculos
Hace cuatro años que el premiado pintor muralista urbano, Alejandro “Mono” González, tiene su galería de arte popular y urbano, hand made e ilustración, en el galpón 6 del Persa Víctor Manuel. Ahí presenta sus trabajos, los que también son publicados por Perroseco Editores.
“La editorial rescata las láminas o grabados populares que se venden en los mercados públicos. Vendemos grabados desde $ 5 mil, pero lo más importante es que somos un lugar de encuentro y de vínculo. Llegan diseñadores gráficos, grabadores, grafiteros y así armamos proyectos”, explica González. Para el “Mono”, el que ahí se exhibe es un arte democrático por donde se le mire, puesto que no resulta más barato arrendar que en las galerías de Alonso de Córdoba. “Hacemos un producto accesible a todo el público”, recalca.
Además, hasta la galería de este artista premiado con el Altazor llegan grabadores famosos de Europa invitados por él cuando viaja pintando murales.
La Perla del Mercado es otra de las galerías que hace unos cuatro años llegó al histórico barrio. Es un pequeño espacio de expresión (4 metros cuadrados) para 12 artistas nacionales, algunos anónimos y otros reconocidos, como el grabador Klaudio Vidal.
Acá el visitante se encuentra con una propuesta que interviene frontalmente al observador casual a fin de acostumbrarlo a apreciar el arte, comenta su encargada, Romina Aura. Incluso, dice, las galerías de arte del barrio Franklin se han vuelto atractivas para quienes visitan el circuito de Alonso de Córdoba, debido a la conectividad que les brinda la nueva Línea 6 del Metro.
Además, según explica, a los artistas se les exige una investigación detrás de su obra. “Debe haber una obsesión por su trabajo”, señala Aura.
Circuito de arte urbano
Para los dueños del persa Víctor Manuel posicionarse culturalmente desde el sur de la ciudad es clave. Precisamente, la tarea de su gestor cultural, Sebastián Cuevas, es lograrlo a través de una serie de actividades dentro y fuera del persa con un circuito de arte urbano. En esa búsqueda, el artista chileno Nelson “Cekis” Rivas, actualmente radicado en Nueva York, pintó 500 metros cuadrados de cubierta que actualmente se habilitaron como mirador.
El otro mural es la Capilla Sixtina del grafiti. Ahí uno de los galpones del persa, que tiene una especie de bóveda, fue donde Basco Vazko realizó un mural de 700 metros cuadrados.
Cuevas cuenta que hace dos semanas realizan visitas gratuitas todos los domingos desde las 12.30 y por ahora es financiado por los dueños del persa. En abril planean hacer una galería en un galpón de 600 metros cuadrados similar a la del Mono González “porque nos dimos cuenta que existe la necesidad de consumir arte a bajo costo y por otra parte existen artistas talentosos que no tienen lugar para vender sus trabajos”.